Durante siglos los historiadores ingleses se han encargado de exagerar sus logros como nación. Primero a través de la literatura y luego a través del cine y la televisión, han conseguido que personas de todo el mundo den por ciertas grandes mentiras históricas que les favorecen. Un tema en el que se hace evidente la búsqueda inglesa de gloria a costa de reescribir la historia son los descubrimientos geográficos. La propaganda inglesa nos contó una y otra vez que Cook descubrió Australia, Nueva Zelanda, Hawaii y multitud de islas del pacífico sur, aunque todos estos territorios ya habían sido descubiertos por españoles y portugueses siglos antes de que los ingleses navegasen por esas aguas. Y no es de extrañar, porque para cuando Cook llegó al Pacífico, los navegantes españoles llevaban doscientos años haciendo la travesía entre Acapulco y Manila. Era tal el dominio español sobre el Pacífico que el investigador australiano Oskar Spate llegó a llamarlo “Spanish Lake”.