Por su especial interés, transcribimos el editorial del periodista César Vidal sobre la situación en República Dominicana, y la estrategia globalista para destruir este querido país de la Hispanidad. A menudo estamos muy en desacuerdo con César Vidal y muchas de sus opiniones contradictorias y tremendamente sesgadas cuando no abiertamente erradas sobre la Hispanidad y los países anglosajones, pero en este caso su análisis es certero.


Corría el año 1697 cuando en virtud del tratado de Ryswick españa cedió a Francia el tercio occidental de la isla de la Española. De hecho, Haiti, conocido como la perla de las Antillas se convirtió en la colonia francesa más rica de las indias occidentales y una de las más prósperas del mundo. Semejante situación se prolongó hasta que a finales del siglo XVIII los esclavos negros de la parte francesa de la isla se alzaron contra el dominio galo y consagraron el nuevo país conocido como Haití a satanás. En el curso de las épocas siguientes la situación de Haití ha ido siendo pésima hasta el punto de que la nación siempre ha ocupado el último lugar dentro del continente americano. Esa situación desde hace décadas ha ido provocando una masiva inmigración, mucha  veces ilegal, de haitianos al territorio de la República Dominicana. Entre los planes de la agenda globalista se encuentra que salten las fronteras entre las dos naciones y finalmente Haití anegue a la República Dominicana.

En las últimas horas hemos tenido nuevas noticias sobre el intento globalista de acabar con la independencia de la República Dominicana. Sin ánimo de ser exhaustivos los hechos son los siguientes:

  •  Primero: la república dominicana cuenta con una extensión de 48.448 kilómetros cuadrados y una población ligeramente superior a los 11 millones de habitantes. Actualmente es el segundo país más extenso y poblado de los insulares caribeños por detrás de cuba.
  • Segundo: en 1821 la república dominicana se independizó de España solo para ser invadida y sometida por los haitianos en 1822.
  • Tercero: la experiencia fue traumática, hasta el punto de que los dominicanos combatieron para independizarse del yugo haitiano y lo consiguieron en 1844. De hecho la República Dominicana solicitó volver a formar parte de España y en esa situación se mantuvo de 1861 a 1865.
  • Cuarto: el siglo XX ha sido especialmente traumático para la República Dominicana, incluyendo episodios como la ocupación por EEUU de 1916 a 1924, la dictadura de Trujillo de 1930 a 1961, la guerra civil de 1965 y los gobiernos autoritarios de Joaquín Balaguer entre otros,que retrasaron la aparición de la democracia en República Dominicana hasta el año 1996.
  • Quinto: en la actualidad la República Dominicana tiene la novena economía más grande de Hispanoamérica y la mayor de centroamérica y el caribe, y ocupa la séptima posición en ingresos per cápita de Hispanoamérica.
  • Sexto: la República Dominicana ha disfrutado de un fuerte crecimiento económico en las últimas décadas con un promedio del 5,3% anual entre el año 2000 y el 2018, una de las tasas más elevadas de toda Hispanoamérica.
  • Séptimo: a diferencia de la República Dominicana, Haití tiene una superficie de 27.750 kilómetros cuadrados, lo que significa poco más de la mitad de la extensión de la República Dominicana. Sin embargo su población es ligeramente superior a la de la República Dominicana, con una alta densidad de 401 habitantes por kilómetro cuadrado.
  • Octavo: desde hace años la inmigración ilegal de haitianos en la República Dominicana ha ido aumentando hasta de que no pocos políticos dominicanos abogan por una política de puertas abiertas que finalmente concluya con la desaparición de la nación y su anegamiento por los haitianos, que volverían así a la situación de dominio que existía a inicios del siglo XIX.
  • Noveno: un posible paso en esa línea de destrucción de la República Dominicana es la muy criticada designación del sociólogo pro haitiano Wilfredo Lozano como director del instituto nacional de inmigración.
  • Décimo: este nombramiento contraría incluso las normas legales de la República Dominicana que prohíben a los funcionarios públicos recibir de manera directa recursos económicos de organismos internacionales.
  • Décimoprimero: de hecho Lozano es miembro fundador del centro para la observación migratoria y el desarrollo social en el caribe, una ONG dedicada a la defensa de los inmigrantes fundamentalmente haitianos.
  • Décimosegundo: esta ONG desarrolla varios programas que buscan llenar a la República Dominicana con inmigración haitiana. De hecho, uno de los programas denominado ”parejas mixtas” fomenta la unión matrimonial entre haitianos y dominicanos.
  • Décimotercero: en la página web oficial de la entidad se describe quiénes son sus principales auspiciadores económicos y entre ellos están el Banco Mundial, la Organización Internacional para las Migraciones, Cooperación Internacional de España, miembros del sistema de Naciones Unidas como Acnur Unicef y Unesco,  la Open Society Justice Initiative de George Soros y el fondo Julia Taf del Departamento de Estado de los EEUU.
  • Décimocuarto: como es bien sabido la Open Society Justice Initiative es la ONG que preside George Soros y que entre otras metas tiene la de un mundo sin fronteras.
  • Décimoquinto: ante el temor de que Lozano defienda más a los dos millones de haitianos ya en el territorio de la república dominicana, los dominicanos que se encuentran emigrados por el mundo, defensores de la nacionalidad y la integridad territorial de la República Dominicana, contemplan la posibilidad de someter ante los tribunales de la República un recurso para impedir que Lozano pueda desempeñar funciones públicas dado el clarísimo conflicto de intereses.
  • Décimosexto: de manera fácilmente esperable Lozano acusa a sus detractores de ser xenófobos.

La agenda globalista incluye entre sus primeras metas la de la liquidación de las culturas nacionales. Esa meta exige abrir las fronteras para inundar a las distintas naciones con un océano de inmigrantes ilegales. Semejante situación no sólo implica que las naciones dejarán de ser libres y soberanas ante las presiones de una cábala secreta, como la definió David Rockefeller, sino que además su población variará totalmente y la nación se convertirá en algo totalmente distinto, despegado de su cultura y de su historia previas. Semejante acción está siendo llevada a cabo de manera innegable en una Europa invadida de manera creciente por africanos y musulmanes y en una Norteamérica a la que se quiere privar de mecanismos de control para sus fronteras y para la inmigración. Sin embargo, los experimentos para decidir si ese modelo de acción funciona se encuentran menos expuestos a la luz pública y precisamente por ello resultan más peligrosos. Entre ellos ocupa un lugar de relevancia la República Dominicana.

Según el plan de la agenda globalista la República Dominicana no sólo debe verse sometida a la imposición de atrocidades como la ideología de género sino que además tiene que desaparecer como nación totalmente sumergida por la población haitiana. De hecho, una sola nación que abarcará ambas partes de la isla entregaría su control de manera automática a los haitianos que son demográficamente más numerosos y muy posiblemente aniquilarían el bienestar de la isla, aunque eso sí, poniéndolo en manos de la agenda globalista. El que un personaje conocido por su intento de fusionar haitianos y dominicanos y sobre todo por sus posiciones semejantes a las de Soros se vea a cargo del control de la inmigración en la República Dominicana constituye sin duda un paso de gigante en el sometimiento de esta nación a la agenda globalista y por ello significa una desgracia sin cuenta. Para muchos resultará inverosímil, pero lo que ahora mismo se ventila en la República Dominicana en relación con su futura supervivencia nacional es absolutamente trascendental para el resto del mundo.

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