Reproducimos por su interés el artículo del periódico El Mundo, defendiendo a la muy brillante y muy admirable historiadora Elvira Roca. La visión histórica de Doña Elvira es tan poderosa, tan clara y sus previsibles efectos sobre España y la Hispanidad, tan llamativos que es inevitable que surjan ataques virulentos contra ella, como a los que hace referencia el artículo de El Mundo. Suscribimos plenamente desde la Asociación Orgullo de Las Españas el contenido del artículo y la carta abierta más abajo presentada.

Artículo de el diario «El Mundo»:

En la última semana hemos asistido con estupor a una campaña de descrédito público dirigida contra la investigadora Elvira Roca Barea. El acoso fue iniciado por el diario El País, con armas y bagajes, pero ha sido continuado por otros medios, y es fácil ver que hay una línea común que busca desautorizar las incómodas, pero muy reveladoras, tesis que la autora defiende en sus libros Imperiofobia y leyenda negra -superventas con más de 100.000 ejemplares- y el más reciente Fracasología, del que se ha lanzado una insólita primera edición inicial de 20.000 ejemplares.

Lo más sorprendente es que se pretenda acusar a la autora de defender una visión de la historia de España que lanza balones fuera y que culpa de nuestros males a los otros, a otras naciones y países, cuando es justo al revés. Ya en Imperiofobia, pero de forma muy rotunda en Fracasología, Elvira Roca defiende que muchos de los problemas de España tienen su origen en la actitud servil de sus élites, que renegaron de su país llevados de una acrítica admiración hacia todo lo exterior. Lo novedoso de España no es que fuera víctima de una leyenda negra -todos los imperios las padecieron- sino que sus élites la asumieran y se la creyeran.

El inicio de la campaña en El País motivó una recogida de firmas en respuesta al periódico, y en defensa de la autora, a la que se han suscrito personalidades como el escritor Fernando Savater; el periodista Arcadi Espada; el dramaturgo Albert Boadella; el filósofo y experto en Educación Gregorio Luri; Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia o el novelista Javier Moro, por destacar sólo a unos pocos de los integrantes de un listado de 101 personas que no mereció más que una escueta respuesta autojustificativa de El País, y sin hacer referencia a los firmantes que respaldaban el escrito, pese a su obvia notoriedad.

Firmantes que incluían también a otros periodistas y columnistas como Isabel San Sebastián, Cristian Campos, Julio Valdeón, Antonio Pérez Henares, Jorge Bustos, José Pardina, Enrique García Maíquez, Rebeca Argudo, Berta González de la Vega, Jesús Nieto Jurado, Alfonso Basallo, Pepe Albert de Paco, César Cervera, Dolores Canales o Aurora Pimentel, entre otros. Así como a personas destacadas del mundo de la cultura como Pedro Insúa, Mikel Arteta, Teresa Giménez Barbat, Francisco Sosa Wagner, Júlio Béjar, Roger Domingo, Jorge Ferrer. Ilia Galán, Ignacio Gómez de Liaño, José Luis López Linares, José Antonio Martínez Climent, Fernando Navarro García, Iván Vélez, o Sofía Rincón, entre otros muchos que pueden consultarse en el listado final.

A continuación reproducimos el escrito que dirigimos a El País y que ni siquiera mereció ser publicado íntegramente en su web.

CARTA ABIERTA

Los abajo firmantes hemos leído con sincero estupor el amplio artículo que el diario El País dedicó el pasado 20 de diciembre a desautorizar el libro Imperiofobia y leyenda negra, de la investigadora Elvira Roca Barea, y no podemos menos que mostrar nuestra sorpresa e indignación por el tono y planteamiento del texto periodístico de este diario.

Digamos, para empezar, que es insólito someter a una criba semejante a un ensayo histórico que, en todo caso, debe ser objeto de contraste de pareceres y controversia en el ámbito académico, o en el terreno de la crítica cultural. Pero dar tratamiento informativo a las precisiones que realiza El País, fácilmente corregibles en alguna de las nuevas ediciones del libro, sin que ello afecte lo más mínimo a la tesis principal que Imperiofobia defiende, es algo que no recordamos haber visto antes.

Pretender desmontar una tesis tan sólidamente construida como la del libro de Roca Barea con 14 matizaciones aisladas, cuya relevancia, además, es muy exagerada por la autora del reportaje, parece más un ataque al hombre (en este caso a la mujer) que un verdadero debate sobre la historia. Que el reportaje afirme, además, que Roca Barea se ha convertido en referente del pensamiento conservador español parece apuntar con claridad al tipo de interés político que motiva el artículo.

No obstante, si se trata de una nueva línea periodística que el periódico considere válido mantener convendría extenderla a más autores. Podrían empezar, por ejemplo, por otro libro al que el diario El País ha dado amplia cobertura en sus páginas, Imperiofilia, de José Luis Villacañas; libro plagado de juicios de valor sin ningún fundamento que no ha merecido reproche o comentario crítico en su periódico. Por otra parte, probablemente ni siquiera muchos de los más sesudos trabajos históricos académicos pasarían un cedazo como el que se ha aplicado a Elvira Roca. Y conviene recordar que Imperiofobia nunca pretendió ser más que lo que es: un ensayo. Eso sí un ensayo muy bien defendido y argumentado; quizás sea justo eso lo que moleste tanto.

El empeño del reportaje por cuestionar el libro Imperiofobia lleva a su autora incluso a desmentir un dato cierto: en efecto, el documental de la BBC Los Andes. La espalda del dragón maneja en su versión en castellano la cifra imposible de que los españoles acabaron con 1.500 millones de incas, tal y como Elvira Roca recoge en su libro como prueba de la pervivencia de una leyenda negra según la cual todo lo malo es posible cuando se trata de España. Que el error esté en la versión española del documental, y no en el original inglés, no invalida la tesis ni mucho menos autoriza a tachar a Elvira Roca de ligera o mentirosa.

Asimismo, toda la controversia que levanta el reportaje de El País sobre las cifras relativas al porcentaje de presos de la Inquisición que sufrieron tortura, cuestionando que el experto Haliczer dijera lo que Elvira Roca afirma, queda desmontada por un vídeo disponible en youtube (El Mito de la Inquisición Española, parte 2 de 3, minuto 1, aproximadamente) en el que el propio experto, de viva voz, corrobora los datos que Imperiofobia le atribuye.

Pero hay que insistir, además, en que incluso si diéramos por buenas todas las correcciones que el reportaje plantea -muchas de las cuales podrían ser objeto de legítimo debate- ninguna de ellas afectaría a la tesis principal que el libro defiende. Apenas supondrían más que leves rasguños en el muy sólido edificio argumental que Elvira Roca Barea ha construido con su obra.

Paradójicamente, el propio artículo de El País, en su empeño por desautorizar el libro Imperiofobia no hace otra cosa más que confirmar una de las tesis que su autora defiende: la resistencia de una parte de la intelectualidad española del presente a admitir la pervivencia de la leyenda negra entre nosotros. Post Views: 131

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